Ni una sóla palabra de amor / La Necesaria Demanda














Circula en la web el cortometraje Ni una palabra de amor, protagonizado por Andrea Carballo y dirigido por El Niño Rodríguez; está hecho a partir de grabaciones auténticas, encontradas en el casete de un viejo contestador telefónico. Se trata de una infinidad de mensajes en los que ella, María Teresa, le recrimina, le enrostra y le reprocha a él, Enrique, el destrato del que la hace objeto. La frase “Ni una sola palabra de amor” forma parte del material grabado.

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Lacan dice (Seminario “Las formaciones del inconsciente”) que “la relación primitiva del sujeto obsesivo a su propio deseo está fundada sobre la denegación del deseo del Otro. El término ‘negación’ está aplicado al sentido donde Freud nos lo muestra provisto del signo ‘no’”. Por ejemplo, ni una sola palabra de amor.

Este “no” resulta de una reacción de defensa llamada anulación, cuyo principal sostén consiste en generar una demanda asfixiante. Así, a costa de la letanía constante de la queja femenina, el hombre evita asumir que el deseo, su propio deseo, no tiene solución: el deseo, para ella como para él, insiste. Pero, cuando el hombre evita así asumirlo, la falta de satisfacción estructural propia del ser –hombre o mujer– queda a cuenta de ellas. No en vano se ha dicho que la mujer es síntoma del hombre.

El sentido común indica que los hombres huyen de la demanda femenina. Cualquier charla entre varones atestigua las cosas que hacen los tipos con tal de que la mujer “no me rompa las pelotas”. Y sin embargo, la perspectiva psicoanalítica invierte el punto de vista, El obsesivo (léase, para este caso, el hombre) busca que le pidan.


Sergio Zabalza
Ni una sóla palabra de amor.
Extracto del Texto Publicado en 
Página/12 Sup. PSI   29-agosto-2013

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