Deseo / Ley / Incesto / Padre de la Horda o de la Ley
Marcelo (…) en definitiva mi pregunta es la siguiente: ¿Se puede
prescindir de un Padre? (…) Por otro lado: cuando Lacan dice: “… a condición de
servirse de él”, ¿Cómo lo lees vos? (…) Gracias nuevamente y algo más: en el
posteo del tema de India Arie, el título de la canción siempre lo he entendido
como “Volver al medio”; veo que en tu
posteo está traducido como “Volver a la
esencia”; supongo que es adrede y me resultó muy interesante esa
vuelta. H. L. / Buenos Aires.
Hola.
Bueno: no creo que sea casual que tus preguntas iniciales terminen en una
apreciación del tropismo de la traducción del posteo de India Arie. Una
traducción siempre es una lectura particular de cada sujeto: si no fuese así,
Lacan no hubiese traducido a Freud sino simplemente leído como uno más. Me
pareció que “volver al medio” (o “a la media”) no era afortunada: sí quizás
para una letra de tango (“volver al rioba”) pero no en este caso: me pareció
que se estaba hablando de otra cosa: de lo básico, no como eso que no tiene
vuelo o no tiene poesía, sino de la esencia.
Y
digo no me parece casual, porque “…a
condición de servirse de él” me parece que tiene que ver con no perder la
esencia: no vamos a renegar de la
herencia simbólica que un Padre puede aportar, vía el discurso de una Madre (y
aquí el problema justamente); pero creo que la frase de Lacan lleva más a
destacar que del Padre Gozador se prescinde si podemos atarnos a su Castración
(es decir: a la propia); sin –por supuesto- renegar de su Amor ya que es muy
difícil para el neurótico poder amar a quien Castra una relación incestuosa
entre él y su Madre. Es decir: aceptar la Ley.
Justamente
esta semana un analizante me cuenta que –en su trayecto por conectarse con las
cosas que le hacen bien- decidió que se quitaba su sueldo. Él trabaja en la
empresa del padre. Ahora bien: al preguntar rápidamente se descubre la relación
de responsabilidad y culpa concomitante que acarrea el significante “sueldo” /
“dinero”: quitándose de encima esto, él obtiene más poder fálico porque, textualmente,
“no tiene que dar explicaciones a nadie
de lo que hace”. Esto quiere decir, traducido: “No quiero tener que
castrarme; quiero puro goce.”- Aceptar la Ley implica aceptar que hay un
malestar que convivir en la cultura supone. Como le decía a este analizante: yo
puedo manejar muy bien, pero si voy sin registro por la vía pública, estoy por
fuera de la Ley. (Esto no implica que, por supuesto, existan pésimos chóferes
con registro.) Quizás lo que el analizante no captó aún es que quejándose de un
Padre Totémico (que prescinde de la Castración, en el fantasma neurótico), él
repite lo mismo: quiere ser quien se Excluye de dar cuenta: de pagar el precio
de ser un sujeto.
(Pensemos
que: LEY/GOCE(A) = Asesinato del Padre de la Horda.) Este es un buen ejemplo (o contraejemplo)
para pensar que el SUELDO (o el DINERO) no sólo sirve para gozar, sino para no
ser gozado; para enmarcar el TRABAJO en una LEY: si el analizante no nos
pagase, todo estaría permitido. Fue muy gracioso porque al final de la sesión,
este mismo analizante –que se había ido de vacaciones un mes- me dice: “¿Cuánto te estaba pagando?”- Es como si
hubiese dicho: “Ahora que quiero prescindir de lo monetario, ahora que estoy más allá del bien y del mal, recordame
cómo vuelvo a ubicarme…”- Típica maniobra engañosa para pensar que de un Padre
se puede prescindir. O incluso, como mucha corriente oriental, que se puede estar
por fuera del Lenguaje.
Por
tanto: creo que de un Padre nunca puede prescindirse por la sencilla razón que
se lo tiene por exceso o por defecto: con él se hace un síntoma. Pero –leyendo
a Lacan- uno podría decir -siguiendo la
traducción que propone Isidoro Vegh- que
se puede prescindir del Padre del Goce a condición de servirse del Padre de la
Ley. Quizás –volviendo al comienzo- por
eso una traducción no es igual a otra: cada sujeto lee de distinto modo. Pero
siempre se lee –más allá de todo forzaje- en el marco de la Ley, que es el único
modo de que el Deseo tenga un estatuto ético.
Deseo sin Ley ya sabemos sus consecuencias nefastas.
Cito un párrafo de Roberto Harari:
¿Qué debemos lograr en tanto analistas?
Pues sostener, en los analizantes, otro orden de
credibilidad.
Dicho de otro modo: se trata de conseguir la
deposición del fantasma de omnipotencia que, usualmente, se encuentra ligado al
Nombre-del-Padre, en
virtud del amor sin límite profesado a este. En tal orden, todos somos
creyentes y, por eso, en el sostén del amor eterno al padre -tomado en todas
las evocaciones factibles- radica la dificultad en la construcción del nombre
propio.
Roberto Harari
¿Cómo se llama James Joyce?
A partir de "El sinthoma" de Lacan
Cap. 9 / Amorrortu / Bs. As. /1995
ARTE:
Damián Grimozzi
/ Buenos Aires /
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