Objeto & Falta








En la construcción del sujeto, paralelamente al proceso de represión que ubica los dos órdenes del discurso, se realiza un trabajo de anulación del cuerpo. El cuerpo biológico, heredero del capital genético, no permanece como la pura realidad de un cuerpo-carne ; se abre al mundo a través de sus orificios que son desde el origen puntos de mediación con el Otro : la boca, lugar de satisfacción de la necesidad oral, el orificio anal, lugar de los cuidados maternales, la hendidura de los párpados con el objeto mirada, por último la voz.

(…) Estos objetos pierden, desde el primer instante de la vida, su carácter puramente biológico para inscribirse en una red de asociaciones. Esta red está constituida por múltiples elementos ; existe asociación, por ejemplo, de un objeto con otro, de un objeto con el discurso. El niño sabe muy pronto que él no es la madre y que no la come. El objeto oral, con la satisfacción que aporta, està vinculado desde el comienzo con la imagen del rostro materno que el niño no deja de mirar durante la lactancia, al olor, al timbre de voz, a las palabras pronunciadas, al bienestar del transporte, etc. Mirada y voz son los objetos más « sutiles » que conducen más directamente a las estructuras simbólicas. El niño construye su cuerpo en esta red de relaciones, porque ese cuerpo que nos es dado, debemos construirlo en lo imaginario y en lo simbólico, debemos habitarlo y hacerlo en el bienestar. (…) Se « tiene » un cuerpo, no se « es » un cuerpo. El lactante (ése al que se alimenta) « es » un cuerpo ; objeto « a » librado a la buena voluntad y al goce del Otro ; a partir de esta situación pasiva debe construir su ser hasta el momento en que él asumirá también la forma y la imagen frente al espejo, éste es la fuente del narcisismo.

Tener un cuerpo es tener de él una representación imaginaria y simbólica, pero es también poder gozarlo, es haber construido un cuerpo libidinal. Esto no sucede hasta que el trabajo de anulación de lo real se ha cumplido, trabajo de anulación que equivale a la represión del significante.  Los objetos « a » han perdido su carácter de real (operación de separación que no se realizará en la psicosis) para deslizarse en las construcciones en las que permanecen velados, tales como el fantasma, la pulsión, el deseo. Para que el sujeto se convierta en sujeto deseante en búsqueda del objeto agálmico sobre el cuerpo del otro, para que su propio cuerpo pueda convertirse en cuerpo de goce, debe salir de su crisálida, romper el lazo de pasividad que lo liga al Otro, conservando al mismo tiempo a su servicio los elementos almacenados en su relación con él, en especial los significantes amos y los objetos privilegiados de este Otro.

Anny Cordié
Los retrasados no existen
Psicoanálisis de niños con fracaso escolar
4ta parte. La separación del objeto, angustia y goce
Nueva Visión, Buenos Aires, 2000.

ARTE: 
Tarsila do Amaral
Brasil / 1886-1973 

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