La Ley que Organiza (el goce)






Estimado Marcelo. Espero hayas visto el film de O. Welles "Citizen Kane" para que puedas responder a mi consulta. Ella versa sobre el significante "Rosebud", y sobre la reflexión que se da en el final del film, sobre su lugar en la estructura como una simple pieza perdida de un rompecabezas, que como cualquier otra palabra no brindaría explicación alguna a la vida de un hombre (en este caso, el Sr. Kane).   He aquí la pregunta: ¿El significante "Rosebud" sería el objeto causa de deseo inventado por Lacan? Si es así, a que respondería que este lleve el nombre del trineo de la infancia del sr. Kane. Gracias, TM.
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Hola Tomás. Si mal no recuerdo sos de Mendoza, ¿no? Bueno. No sólo vi la peli que te referís sino que justamente en esta semana se la recomendé a un analizante (en realidad al padre de otro analizante a quien también estoy entrevistando). Y se la recomendé -justamente- porque creo que la sabiduría del guión (bastante plano por otro lado aunque mucho más inteligente es su engarce) es la de con-vocar al significante que representaba a dicho sujeto.

Yo no diría que "Rosebud" sea el objeto-causa. Porque el objeto-causa es una falta, no es un significante. Y "Rosebud" es un significante: representa a Kane para este otro significante: El Nombre-del-Padre. Es decir, a la Ley normatizante que permite el recorrido por los desfiladeros del deseo.
(  Hay en mi Web un artículo que escribí sobre dicho film:  www.psicocorreo.com.ar/ciudadano.html  )
Cordiales saludos, marcelo.-




 Marcelo: Ante todo agradecerte la claridad de los conceptos que aportás en los videos. Es la primera vez que entiendo la articulación de las ideas de Lacan, y eso que he cursado muchisimos seminarios. Te digo de paso que no entiendo porque no respondés algunos mensajes de tu canal de U-Tube donde leo siempre enunciaciones absurdas con respecto a tus dichos: me gustaría poder responderles a todos: creo que son demasiado sordos y descontextualizan tu discurso.  Este mail apunta a una pregunta en relación a un posteo reciente sobre la cuestión de la adicción de los niños a los videosjuegos. Pero no sobre esto precisamente sino sobre lo que esto me ha permitido reflexionar y aquí la pregunta: ¿No es necesario también en el adulto-neurótico, la puesta de ley para acotar el goce? Sí: es obvio que sí, pero me refiero al artificio del análisis. ¿No tiene el analista que operar con la Ley para poder -de alguna manera- "castrar" al analizante y retomar -entonces- la pregunta por el deseo? Muchas gracias por tus aportes! Ma. E. López

Bueno. Gracias por tus elogios. Sí, justamente el análisis -analista mediante- intenta ubicar el predominio de la Ley, intenta que el analizante se re-encuentre con el Nombre-del-Padre, vía -obviamente- la castración. Por eso se intenta -aunque mal nos pese la palabra ENCUADRE- "(re)ubicar" la posición del sujeto con el cumplimiento de horarios, honorarios, etc.  Por ejemplo, ¿qué encontramos como mecanismo neurótico? Encontramos -y esto se ve más fuertemente en la histeria- que el analizante intentará PRIMERO) buscar al Amo y SEGUNDO) destituirlo. 

 Las formas de destitución son múltiples: discutir permanentemente honorarios, faltar sin avisar, llegar siempre tarde, querer transformarse en amigo/a del analista, etc, etc.  Son maneras que encuentra el sujeto de resistir al real.  Pero es el analista quien debe operar para no resistir al análisis. Como justamente charlaba hace poco con un colega, muchas veces los analistas -con el caballito-de-batalla que la resistencia es del analista- "perdonan" o ceden ante actings de los analizantes (no piden asociaciones, no ponen límites) pero es justamente al revés: la resistencia se enmarca en seguir analizando.  Si un analizante quiere ser nuestro amigo (como me ha pasado hace poco con una paciente mujer que se podría decir que -decenas de actings y resistencias mediantes- nunca ha podido sostener el análisis y hace todo para desafiar al Otro; por tanto siempre está "por empezar") es porque de lo que resiste es de tomarnos como su analista. Al igual que cuando la transferencia se erotiza: ¿O no vamos a creernos que es por nuestras hazañas de interpretaciones, nuestra mirada deslumbrante o nuestra "sabiduría de patriarca", verdad?

La Ley siempre es necesaria porque ordena. Y el neurótico está sediento de orden. Es un niño que pide a gritos que se le ordene el goce puesto que desborda. Pero el tema es que, como también sabemos, tampoco lo quiere de buen grado: el síntoma, como descubrió Freud, sirve para gozar.  Por eso en la histeria se ve patente como se busca al Amo, al Padre, para despuès bajarlo de un cañonazo.  No vamos a descubrir hoy que en definitiva -fantasma perverso mediante- el neurótico busca que el Padre incluso accione con violencia: recordemos el único artículo freudiano donde para Lacan se estudia el fantasma: Un niño ES siendo Pegado.  

Ese desafío neurótico lleva al sujeto a un callejón sin salida, porque el sujeto sigue necesitando al Padre pero no puede sostenerlo más que en el desafío. Y cuando intenta librarse, hace síntoma: por eso de un Padre es imposible desamarrarse. Y por eso es tan importante que el análisis curse por carriles de cierto orden Legal.

Igual que en el amor, cuando hay desborde, cuando no se acepta la castración -es decir, la Ley- se produce un a-pasionamiento que libera demasiadas "endorfinas pulsionales"... El analista debe poder hacerse cargo de la imposición del Orden Legal.  Un Padre caído, pasivisado, o un Padre inoperante frente a la complicidad FALO-NIÑO-MADRE es justamente la causa de toda neurosis. Repito entonces: el analista no debe confundir su deseo de seguir analizando con la no imposición de límites que puede llevar, muchas veces, a que el analizante abandone el análisis puesto que no se los banca. Bien: muchas veces habrá que dejar ir al analizante. Eso no es resistencia-del-analista: es el cruel dato de un real que no cesa de escribirse, repetición y narcisismo mediante. Sólo la castración -la falta- puede ser brújula de deseo.

Cierro con un ejemplo de hoy.  Una colega trae a control una paciente. En medio del discurso abre un parentésis y me informa que ha re-decorado su consultorio porque estaba teniendo inconvenientes con "la posición del diván" pero -en el mismo discurrir- advierte que en realidad ella quiere que el paciente se siente -se siente, no se recueste- en el diván porque ello lo compró (y le gustó) para eso. Bien. Si por un lado tomamos el significante "diván" para esta colega como el representante de un simple lugar para sentarse (que a ella le gusta más que una silla), hasta ahi no hay mucho. Porque el paciente se sienta en el diván pero la mira a ella y ella toma al diván como una silla-de-lujo, digamos.  Pero todo este "rollo decorativo y fantasmático" se traslada a que la analista no puede poner límites con su(s) analizante(s) porque no puede -por ejemplo- indicarle dónde sentarse o por algunas otras razones; ahi ya tenemos la resistencia-del-analista a iniciar un análisis (con el paciente). No es casualidad que esta colega -supervisando el caso hoy- ha dicho de su paciente: "...porque ella es una santa." Bien: si consideramos que los analizantes son angelitos-de-Dios y que los obsesivos son unos pobres tipos sumisos y las histéricas unas pobres víctimas-santificadas; estamos en problemas.  Tenemos que pensar que el neurótico -lejos de ser un santito- es un sujeto que se niega a aceptar la Ley. Es decir: la castración de su narcisismo que implica obviamente la reconfiguración del lazo con el Otro y con el otro, en la medida que puede acotarse el goce que lo maltrata. De allí que personalidades "demasiado narcisistas" o nunca inician un análisis o bien -refractarias al mismo- abandonan o no terminan de ubicarse en èl, con actings como ya enumeramos. En definitiva: la Ley (vía el analista) intentará de que el sujeto acepte el Malestar que vivir en la Cultura trae aparejado y que puede encausar su deseo en pro de otro goce menos mortífero. Cordiales saludos, map.



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