Praxis de la Charlatanería
Lo que tengo que decirles, voy a decírselos, es
que el psicoanálisis debe ser tomado en serio, aún cuando no sea una ciencia.
Porque lo enojoso, como lo ha mostrado sobreabundantemente un llamado Karl
Popper, es que no es una ciencia porque es irrefutable. Es una práctica que,
dure lo que dure, es una práctica de charlatanería (bavardage). Ninguna charlatanería carece de riesgos. Ya la palabra
charlatanería implica algo. Lo que implica está suficientemente dicho por la
palabra charlatanería, lo que quiere decir que no hay más que frases, es decir
lo que se llama "las proposiciones" que implican consecuencias, las
palabras también. La charlatanería lleva la palabra al rango de babear (baver) o de espurrear (postillones), la reduce a la suerte de
salpicadura (éclaboussement) que
resulta de eso. Bien. Eso no impide que el análisis tenga consecuencias, él
dice algo. ¿Qué es lo que quiere decir "decir"? "Decir"
tiene algo que ver con el tiempo. La ausencia de tiempo, es algo que se sueña
es lo que se llama la eternidad, y ese sueño consiste en imaginar que uno se
despierta. Uno pasa su tiempo soñando, no se sueña solamente cuando se duerme.
El inconsciente, es muy precisamente la hipótesis
de que no se sueña solamente cuando se duerme. Quisiera hacerles observar que
lo que se llama "lo razonable" es un fantasma, es totalmente
manifiesto en el comienzo de la ciencia. La geometría euclidiana tiene todas
las características del fantasma. Un fantasma no es un sueño, es una aspiración
(aspiration). La idea de la línea, de
la línea recta por ejemplo, es manifiestamente un fantasma, por suerte se ha
salido de eso. Quiero decir que la topología restituyó lo que debe llamarse el
tejido (tissage). La idea de vecindad
es simplemente la idea de consistencia, suponiendo que uno se permita dar
cuerpo a la palabra "idea". Lo que no es fácil. Hay cuando menos
filósofos griegos que, a la idea, intentaron darle cuerpo. Una idea, eso tiene
un cuerpo: es la palabra quien la representa, y la palabra tiene una propiedad
totalmente curiosa, es que hace la cosa (fait
la chose). Quisiera equivocar y escribir eso: es que "punte-l-a-cosa" ("fêle achose"), no es una
mala forma de equivocar. Usar la escritura para equivocar, eso puede servir
porque tenemos necesidad del equívoco precisamente para el análisis.
Tenemos necesidad del equívoco, es la definición
del análisis, porque como la palabra lo implica, el equívoco está de inmediato
apuntando hacia el sexo. El sexo —se los he dicho: es un decir, eso vale lo que
vale— el sexo no define una relación. Es lo que he enunciado formulando que no
hay relación sexual. Eso quiere solamente decir que, en el hombre y sin duda a
causa de la existencia del significante, el conjunto de lo que podría ser
'relación sexual' es un conjunto, se ha llegado a cogitar eso, no se sabe por
otra parte muy bien de qué modo eso se produjo, es un conjunto vacío. Entonces
es lo que permite muchas cosas.
Esa noción de conjunto vacío es lo que conviene a
la relación sexual. El psicoanalista es un retor ("rhêteur" -sic-), para continuar equivocando diría que él
"retorifica" ("rhêtifie"
-sic-), lo que implica que rectifica ("rectifie").
El analista es un retor, es decir que "rectas" -palabra latina
equivoca con la "retorificación" ("rhêtification" -sic-). Se intenta decir la verdad. Se intenta
decir la verdad, pero eso no es fácil porque hay grandes obstáculos a que la
verdad se diga. ¿No será que uno se engaña con la elección de las palabras? La
verdad tiene que ver con lo Real y lo Real está doblado (doublé), si se puede decir, por lo Simbólico.
Jacques Lacan
Seminario 25: Momento de Concluir
Extracto de la 1ra Clase: 15 /nov / 1977
Edición Oral Desgrabada