El sujeto en la Psicosis

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La constitución del sujeto en el orden del significante (…) tiene como aspecto central esta representación que abre la dimensión de la falta: en la medida de que toda representación tiene como trasfondo una ausencia, el sujeto representado en el significante tambièn falta allí. La teoría psicoanalítica así lo concibe: la falta no es de algo “real”, es consecuencia del significante que la produce activamente en tanto su función es evocar. (…)
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En la medida en que el Otro sólo puede responder en términos de significante, que como tal no remite más que a otro significante, esta pregunta por el ser será el interrogante siempre abierto. En el Otro falta el significante que pueda detener el deslizamiento infinito del significante (…) En efecto lo que Lacan escribe S (A/ ) indica cierta forclusión: la del significante “propio” del sujeto en el Otro.
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¿Quiere decir esto que tambièn hay cierto tipo de forclusión en la neurosis? La respuesta es afirmativa. Más allá de las apariencias, la forclusión no es exclusiva de la psicosis ni tampoco la oposición neurosis-psicosis se superpone a la oposición represión-forclusión 
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Si en ambas, neurosis y psicosis, hay algún tipo de forclusión, hay indudablemente sujeto en la psicosis. Más aún, lo hay “de pleno derecho”, incluso con más razón que en la neurosis porque èsta es efecto de la forclusión del significante del sujeto, lo que determina que éste no puede saber qué es. En el caso de la psicosis, en cambio, el sujeto no carece del significante que pueda decir lo que él es… 
(…).
Además, el hecho de que en la psicosis haya tambièn sujeto lo confirma el indicador clínico fundamental de esta estructura: la certeza. Y no cualquier certeza sino una certeza fundamental, certeza que puede denominarse de autorreferencia en tanto el sujeto tiene la plena convicción de que todos los significantes están referidos a él. (...)
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Por esto, en la neurosis el problema que el sujeto enfrenta es cómo elaborar su respuesta ante la inexistencia del significante que diga lo que él es. Es así cómo la histérica sostiene esa falta presentando ante el Otro su división como “estandarte”, para causar finalmente la falta en este último como el medio para hacerse allí su lugar; el obsesivo, por su parte, la niega con la pretensión de ser quien aparecerá siempre “sin falta” y constituirse así èl como aval del Otro.
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Daniel Gerber
Pasión del ser. El sujeto de la psicosis.
EN: Contexto en Psicoanálisis nro. 10
Lazos, Bs. As., Primer Semestre del 2006.

Arte:
/ Broches /

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