La Experiencia Peligrosa de un Análisis
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.ARTE: Eduardo Estupía
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Marcelo: Ante todo gracias por los posteos de su blog y los videos: me ayudan muchísimo a esclarecer algunos puntos que los tenía un poco empastados. Quería preguntarle: en una de sus charlas retomó el tema del Psicoanálisis como Praxis. Me quedé pensando: hay muchos psicoanalistas que piensan que el psicoanálisis es una ciencia. Otros que no. Según entiendo y leo de sus artículos, usted piensa que no lo es, ¿verdad? Me gustaría que me aclare un poquito este punto. Un afectuoso saludo; Adriana Magallanes.
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Estimada Adriana: gracias por tus palabras. Con respecto al tema en cuestión: sí, yo pienso que el psicoanálisis no puede entrar en la categorìa de Ciencia... Lo digo en varias charlas y al pie de este correo te adjunto un parràfo en donde respondo este tema en una entrevista de hace un par de años que también está en mi Web. Pienso que insistir en el psicoanálisis como Praxis recupera el hecho de pensar la subjetividad, el caso por caso. La Ciencia tiende a la Abstracción, pretende una cuasi-purificación del objeto de estudio, en donde el Científico debe ser lo más neutral posible en la investigación. Por el contrario Freud -y con èl Lacan- descubren que el Inconsciente implica la participación del Analista. Es decir: se dirige al Analista; incluso -como dice Lacan- la presencia del Analista lo causa.
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Hace una semana en la primer charla del Seminario Anual que dicta Isidoro Vegh en la Escuela Freudiana de Buenos Aires; él nos recordaba que Lacan habló del psicoanálisis como una "experiencia": no como un experimento, ni como un tratamiento, ni como un saber. Y que esa "experiencia" tiene que ver con cierta Vivencia e implica ipso facto cierto Peligro. El Peligro -a mi juicio- estaría representado por la incertidumbre del Acto: tanto para el Analista ("convocado cuando sabe lo que hace aunque no sepa lo que diga") como para el Analizante, quien cuando dona su PALABRA lo hace sin saber lo que dice. De ahí que el camino se hace al andar... I.Vegh nos recordaba que un paciente quien desde hace dos años siempre tiene algo que decir, un día llegó a su consultorio enunciando: "Hoy no se me ocurre nada..." A lo que I.Vegh responde: "Por fin vamos a escuchar algo interesante. Digame lo que se le ocurra..." Esto es lo que con Freud, se sabe, conocemos como Asociación Libre que, en la medida de lo posible, hay que tratar que ocurra en cada sesión. A lo que voy con esto es que la presencia del Analista -su lectura, su escucha- es diferencial para aceptar al Analizante en su permanente manía de querer decir "palabra vacía", ocupando con su blablabla el lugar de la Verdad que deberá entre-decirse y entre-escucharse.
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Volviendo al comienzo: abstraer(nos) del campo de lo Inconsciente implica ir al Manual. Como digo siempre: si en el momento que el Analizante está hablando yo estoy atento a lo que decìa Freud o Lacan, no escucho al Analizante. Hago Medicina: escucho al Manual: y ya vamos por el DSM-V: 5 versiones globalizadas de nosografiar el dolor del caso por caso. Ya sabemos que no es lo mismo la úlcera del paciente de las 13hs que la úlcera del paciente de las 15hs. Los Manuales e incluso la psicosomática insisten en unificar el trazo del Sujeto.
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De aquì también que -como decía I.Vegh en esta primera charla- la "experiencia" de un psicoanálisis está más cerca a la experiencia-religiosa que al experimento cientìfico. No se puede racionalizar, se justifica en sus propios trazos. Como expresó I.Vegh: "El creyente que vive su estremecimiento cuando eleva su plegaria a Dios no puede ser cuestionado: esa es su verdad. Aquì estamos tambièn en el campo analítico. Cuando el paciente enuncia: "me siento fràgil", ¿cómo se le puede contradecir -como en algunas psicoterapias- y decirle que no, que está bien, que se lo ve bárbaro?"
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En fin: siempre volvemos al mismo punto. El pragmatismo de los DSM versus el "deber tener tetas" que propone Lacan para todo Analista: poner su cuerpo. Y eso, siempre, implica cierto riesgo. No hay garantías; el Otro está barrado. El peligro se transforma en una aventura sesión tras sesión. Y la oreja del Analista debe imprimir y causar los senderos de esa aventura. Cordiales saludos, marcelo pérez-
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> ¿Cuándo se habla del psicoanálisis como una praxis es porque el término remite a la palabra y el psicoanálisis tiene como instrumento a la palabra o es porque lo estamos haciendo en oposición a lo que seria el psicoanálisis como ciencia?
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> Las dos cosas. Habría que entender que el psicoanálisis, lejos de constituir un discurso Amo, esta emparentado con lo poyético. Lo inconciente es pura creación. Si bien es cierto que lo inconciente domina –y ahí tenemos lo Amo- el discurso de la ciencia se aleja de la praxis analítica por varias cuestiones. Básicamente por dos: el científico – para ser tal – necesariamente tiene que estar por fuera del experimento. Como sabemos desde Bachelard para acá el primer obstáculo para hacer ciencia es el científico. Y como también sabemos desde Freud para acá lo inconciente es causado por la presencia del analista. Por eso la física quántica no es considerada por el paradigma clásico una ciencia en términos rígidos ya que el físico también participa del comportamiento del experimento. Por otro lado en la ciencia se trabaja con un Saber que esta del lado del científico y nosotros trabajamos con un Saber que esta del lado del analizante. El analista no sabe nada frente al despliegue discursivo del paciente: no trabaja con un Saber a priori , aunque semblantee un Saber. Eso es totalmente diferente a que el analizante suponga un Saber al analista. “Praxis” hay que tomarla desde la parrhesìa que habla de decirlo todo. Esto es lo mismo que lo que Freud bautizo como asociación libre. Lacan en la Clase del 6/7/76 dirá que la praxis es la acción humana que posibilita al sujeto tratar lo real mediante lo simbólico. De ahí podríamos enganchar con lo que seria el acceso a la verdad ( aletheia ).
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.ARTE: Eduardo Estupía
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