Formación y Ropaje del Analista

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*...Una vez te escuché decir que el analista no se autoriza por los títulos universitarios; pero convengamos que cada vez hay más postgrados universitarios en psicoanálisis…

Sí, porque cada vez hay más obsesión por transformar la obra freudiana en una psicología profunda; porque cada vez se tiende a capitalizar el discurso en una burocracia de saberes; cada vez entendemos mejor cómo la política es el primer factor dominante en la sociedad educativa. De hecho, en la UBA, la mayoría de los analistas pertenecen a la EOL y es prácticamente imposible que una cátedra analítica de la UBA llame a un analista “foráneo” a pronunciar una simple charla… a lo sumo será convocado por el Centro de Estudiantes… Lo más gracioso es que muchos analistas excluidos de la allí, agregan a su nombre el significante UBA… Bueno, pero en fin, hay quienes también agregan el significante AE o AME… ( se rie )

* ¿De qué te reís?

Me causa risa porque un analista analizado debiera haber atravesado ese imaginario que habla de una contradicción entre lo que promulgan y lo que hacen: hay analistas que se llenan la boca en contra del discurso universitario pero uno entra en sus consultorios y encuentra decenas de diplomas colgaditos con sus respectivos marcos dorados. Lo mismo pasa con esta cuestión del pase y de los pasantes y de todas estas normas instituidas por Lacan para autorizarse ante el Otro, donde el analista, como si fuese un empleado ascendido a gerente, agrega más título a su nombre propio. El pase, si bien en un momento fue un invento innovador –incluso una movida política instituyente-, es una paradoja total que si uno lo piensa dos minutos rezaría: “Estimado Otro: te demando que me digas si ya estoy autorizado a no seguir demandando, esperando del Otro…” como si, aparte, esto fuese posible: si bien es cierta esta cuestión teórica El Otro no Existe ; y esto es un tema de consecuencias clínicas; el neurótico se define justamente por hacer co-existir al Otro.

El neurótico es el sujeto más religioso que existe, aunque se diga ateo… Es ahí, y según la etimología de re-legiere (volver a unir); que el neurótico define su posición ante el Otro. Como una vez escuché decir: ¿Qué pasa si nos sentamos a cenar con alguien que le agrega agua al vino? Decimos inmediatamente “ que pecado” o ”es una herejía ”: pura religión… porque por más curso de cata que hayamos hecho y aunque seamos los mejores sommeliers del mundo, lo bueno sería (y eso sí es un verdadero pase histórico) aceptar las diferencias… Así como debe haber gente que le gusta el malbec frío, hay otras que le quieren agregar agua y otros que en vez del sol prefieren la playa cuando está nublado.

(se produce un silencio)

Pero en fin… títulos y todos esos menesteres imaginarios cautivan al sujeto. No hace mucho observando la web que se hizo hacer Roberto Harari (analista el cual he seguido mucho toda su obra e incluso lo cito en mis charlas ya que creo que es un innovador; de hecho fue el primero en incluir estructuras disipativas, atractores, campos morfogenéticos y la teoría del torbellino a la clínica freudiana) me sorprendió que en el sector de la hoja de su currículo al mencionar su título de doctorado –y encima en psicología; y ya se darán cuenta porqué digo “encima”-, se agregue “con calificación 10”.

Bueno, puedo aceptar esto en alguien que recién egresa o que incluso necesita venderse en una entrevista (de hecho cuando yo dirigí un corpus de formación analítica, he recibido decenas de c.v. de ese estilo); pero en alguien que seguramente sabe que no sería convocado por el promedio de su nota en una universidad; en alguien que está, a mi entender, entre los 5 o 10 analistas popes del campo lacaniano mundial; realmente me sorprendió mucho. Cada vez veo más –entre colegas- la necesidad de apoyarse en todo eso. Parece que fuese una tendencia de la globalización.

Una vez, cuando organizamos con Macarena Cao Gené unas jornadas sobre niñez en UBA, pedimos a los analistas participantes que adjunten dos o tres ítems a modo de presentación curricular; dos o tres… Bueno… Yo realmente no puedo entender cómo trabajarán en su consultorio, porque evidentemente parece que no escuchan ni leen: hubo varios que pasaron tres o cuatro hojas de currículo (incluso, pienso, desde la inocencia total; ya que si es por cantidad de hojas puedo sumarle el guarismo que quiera); así como hubo incluso un analista que quiso lo presentemos también como poeta… bue… faltó que diga “artista”… Sólo hubo una colega, no recuerdo su nombre pero habría que nombrarla por su humildad con el saber, que me dijo que la presente sólo con el significante “psicoanalista”, sin siquiera agregar la institución de grado… No recuerdo su nombre pero recuerdo que me sorprendió porque currículo no le faltaba… en fin… Lacan decía que está tan loco alguien que se cree Rey como un Rey que se cree Rey… Pero me estoy yendo del tema…

* No… me parece que todo tiene que ver con nuestra praxis…

* Además –y coincido que todo tiene que ver- pienso que eso se juega mucho en un final de análisis, no?


Y sí… el tema es que… a ver… Encontrar gente sin análisis que ande por la vida ostentando su rólex enchapado en oro o sus cadenas… bueno, eso suele observarse… pero de analistas que, les repito, se supone tienen un análisis recorrido… asusta un poco… Pero bue… tampoco el psicoanálisis o ser psicoanalista es garantía de nada: la pulsión sigue su travesía…

Yo creo que el discurso universitario no ayuda mucho porque se nos hace creer que “ya todo está terminado”… A veces me da pena cierta gente que acumula postgrados y después repite: “porque yo soy –no sé- doctor en esto o en aquello”

Me lleva a pensar todo lo inseguro que se deben encontrar (porque afianzarse desde lo imaginario habla de eso) Si uno escucha a un adolescente decir a cada rato: “yo soy perito mercantil o bachiller…” ¿qué va a pensar? Pobre tipo… como si ahí terminase todo… Bueno, lo triste es que algunos universitarios levantan la bandera de esa manera y creen que un cúmulo de postgrados en el exterior lo visten de sabiduría…

Cuando uno sabe que acumular buenos promedios puede ser facilísimo (incluso sintomático) y no pasa por ahí… Es lo mismo que pensar que alguien que tiene promedio 4 o no pudo terminar sus estudios; es porque no es inteligente… a veces es lo mejor que le pudo haber pasado… La inteligencia no pasa por acumular buenas notas… Y, como digo siempre, es un dato más que comparado con la oleada de la pulsión queda microscópico… Pero bue… así como hay gente que puede engordar su Yo asumiendo una gerencia en una multinacional; para otros parece que pasa por colgar un título en la pared.

* Por eso… en última instancia ¿no se trata de atravesar todo ese imaginario?

Sí… teniendo en cuenta que atravesarlo no quiere decir “me chupa todo un huevo”… sino entender que los ropajes, las máscaras no son más que herramientas para jugar ciertos roles… pero lo que se observa es la sobreadaptación al personaje; la alienación… un analista que no puede ponerse unas ojotas, un bermudas, una gorra, y salir a pasear con su perro o –mejor dicho- sólo puede salir a pasar al perro con el ropaje de analista… me parece que necesita análisis… El personaje se lo comió… Es tan irónico como ver a los ingenieros con el lápiz técnico colgado en el bolsillo de la camisa las 24hs. Y no sólo se trata de ropaje; se trata –me parece- fundamentalmente de no creérsela; porque no hace falta salir con el estetoscopio al hombro para asumir un tono de doctor… ¿Vieron esa gente que se nota siempre es abogada, por ejemplo? Cuando practica tenis, cuando juega con su hijo, cuando da clases… siempre es el mismo… Ahí está jugándose algo en el orden de las identificaciones; por eso siempre digo que uno no elije una carrera u oficio sino que la carrera lo elije a uno.

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Extracto de la Entrevista ENTRE-PINOS;
Responde: Marcelo A. Pérez
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