Petrificado por el Goce del Otro
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.Hola Marcelo: agradecerte por tus clases y de paso hacerte un par de comentarios… Leyendo un articulo tuyo donde mencionas que la enfermedad es cultural, se me ocurrió pensar inmediatamente en mi obesidad; o en mi ex -obesidad: sabes que estuve tratando de bajar mi sobrepeso desde hace mas de diez años; hice todas las dietas que te imagines seguidas por nutricionistas y las mejores clínicas de aca de Mar del Plata que me sacaron un buen dineral, y resultó que mi sobrepeso se esfumó recién cuando me puse de novia que coincidió también con el momento que empecé a hacer las cosas que quería. Esto no fue sin analisis, logico. Tambien me puse a pensar en una amiga médica que siempre fue muy gordita y vivía con su madre y cuando viajó por primera vez sola, de mochilera durante un mes, volvió mas delgada que una bailarina! Yo no lo podía creer, y eso a pesar de haber comido alli comida chatarra todo el tiempo… por supuesto terminó viviendo sola jaja… parece que su madre la engordaba mucho… Por otro lado, queria comentarte que en un articulo tuyo reciente dices que el EGO es el YO, según leo no haces diferencia con ello… Queria que me aclares un poco eso y que lugar ocuparia lo imaginario en cuanto a la voluntad del sujeto, como bien das el ejemplo de Narciso paralizado ante su imagen. Muchas gracias por todo, un afectuoso saludo, Mónica: pronta a ser colega tuya.
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HOLA Mònica: gracias por tus palabras... Sí... la enfermedad –como todo lo concerniente al bicho-humano – es cultural. Los animales no sólo no engordan, sino que no tienen hipertensión ni colesterol ni cefaleas, etc… Estamos hablando siempre, obviamente, del animal-logrado: la enfermedad es un producto humano: los animales y las plantas que rodean al ser humano sí se enferman. Este producto, este constructo, está implicado en la entrada del significante al cacho-de-carne: es decir, en el Edipo. El EDIPO estructura, sin más, la Realidad del Sujeto. No hay ninguna Realidad pre-discursiva: primero está la Cultura, despuès la Naturaleza. Nada se puede abordar por fuera del FANTASMA por el cual un Sujeto es capturado. De ahi que el Neuròtico a veces no entienda cómo en la Realidad del Psicòtico, los marcianos le hablan...
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Con respecto al tema YO/EGO: es verdad; yo no hago esa diferencia; en ese medio gráfico en que apareciò mi artìculo hay una distinción muy interesante que realiza Isidoro Vegh y que plasmó en su ùltimo texto editado; pero yo no los distingo ya que considero que EGO es una traducción inglesa del YO topológico freudiano. Y con respecto a la imagen que este YO sostiene; es claro en el ejemplo de Narciso: por mirarse al espejo, no bebe. En el sujeto, el culto del sostén de la imagen, vía Ideales, hace que se paralize su acción: el Sujeto se ha construido una Novela en base a cómo el Otro lo desea, y es tomado por este fantasma. Para pagar (con) su “libra de carne” a este Otro, el Sujeto –con un YO más que fuerte- defiende esa imagen aún al costo de su propio deseo. En la neurosis obsesiva esto es más que común: "Ser o no Ser": el obsesivo es un Hamlet que mientras se pregunta y se pregunta, no hace más que cadaverizarse.
Pongamos por caso un dato de la actualidad nacional: muchos pensaban que con la Ley de Matrimonio para Parejas Homosexuales; la gente iba a salir corriendo a casarse, o –incluso- aquellas parejas que nunca pudieron ni siquiera hablar con sus padres de su sexualidad, iban a hacerlo ahora o iban a salir por la calle caminando como dos tortolitos homoconyugales: esto –como sabemos- no ocurrió puesto que una ley civil no puede solucionar los conflictos edípicos de un sujeto sujetado –justamente- al goce del Otro. El Otro toma -con su pulsión, con su goce- al Sujeto: el Sujeto no se libera fácilmente de esta captura y, pese a que muchas veces se minimiza la instancia imaginaria en Lacan, es "gracias" a esta cuestión imaginaria por el cual el Sujeto prefiere optar por pagar-su-libra-de-carne al Otro -tal Shylock de Shakespeare- y quedar así parasitado por su goce, a cambio de modificarlo. El tema es que el EGO/YO siempre encuentra buenas excusas para justificar ese pago: "a los hombres les gustan las mujeres con mucha teta, ergo: me opero", "a las mujeres les gustan los hombres sin canas; ergo: me tiño", "la sociedad no tolera a los homosexuales, ergo: me escondo", "todo empresario debe mostrar una imagen sólida, ergo: me compro un loft en Madero", etc. Lo que se justifica con estas racionalizaciones es la a-puesta del Otro sobre el cuerpo del Sujeto; y lo que se evita es, no cabe duda, la angustia que debe tramitarse para pasar del goce al deseo. Un cordial saludo, marcelo.-
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