el psicótico y su deseo

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Hola Marcelo. Me puse en contacto contigo hace un año atrás… no sé si recordarás: soy una colega de la localidad de Mercedes. Quería volver a consultarte, en este caso saber cuál es tu opinión en relación a la problemática de la psicosis y esta cuestión teórica a la que apunta Lacan con el tema de la Ververfung freudiana… porque el otro día –en una reunión de colegas y psiquiatras- se dejó escuchar algo que vos criticaste en una entrevista o en tu blog –no recuerdo bien- con respecto a si el psicótico es o no es un sujeto-del-inconsciente. Gracias por tu tiempo, un afectuoso saludo, cristina.
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Hola Cristina. Sí: aprovecho –una vez más- el intercambio para volver sobre un punto que reiteradamente me cuestionan y se escucha permanentemente en las reuniones académicas. Bien como lo expresé no hace mucho en otro posteo; decir que el psicótico no es un sujeto –o que no desea- es una aberración. Y esto se escucha mucho de analistas que se dicen lacanianos… yo me pregunto hasta cuándo van a repetir frases sin saber lo que están diciendo; porque me parece hasta lógico que un psiquiatra repita eso pensando que entendió a Lacan y que entonces –con las frases de la parroquia bajo el brazo- pretenda enseñarlo a modo de ecolalia; pero de un psiquiatra-analista o de un psicólogo-analista no puedo entenderlo porque la formación del analista parte de considerar que no hay atravesamiento posible entre lo Natural y lo Cultural; por tanto la Trieb freudiana es –justamente- el concepto que divide esta hiancia y es imposible aceptarlo sin –al mismo tiempo- unirlo al aparato lenguajero; es decir, a la lalengua. Por tanto: no hay ningún ser-hablante que esté por fuera del campo pulsional, del campo de la lalengua, del campo de la Cultura. El psicótico no está por fuera del lenguaje; puedo aceptar que se diga que está por fuera del Discurso, pero eso es otra cuestión. Los analistas que no entienden esto, no deben entender entonces que para que el sujeto HABLE es necesario una pérdida solidaria a la sujeción en el campo del lenguaje. Si, entonces, hay pérdida, hay hueco. Si hay agujero, hay pulsión que lo bordea. Si hay vacío, hay deseo. (Hasta tal punto hay deseo en la psicosis que incluso debemos diferenciarla del Autismo.) El psicótico ha quedado preso del deseo (del Otro) y su fantasma –que en la paranoia es bien explícito- recupera ese goce vía alucinatoria. Si el psicótico no tuviese deseo tampoco se angustiaria, cosa por demás totalmente lega: basta verlos en sus momentos pre-críticos donde se reconoce inmediatamente los vástagos de la estructura a través de las puntas de lo real...


Otro de los temas que parece no se puede coincidir es con respecto a la forclusión (Ververfung) que –como siempre aclaro- está también en la neurosis. Los analistas que se rajan la vestidura cuando escuchan que en la neurosis hay también forclusión deberían leer menos a Lacan y razonar un poquito con el sentido común: cuando una histérica –o un obsesivo- delira; ¿no se produce una forclusión que desgarra al Yo? ¿O vamos ahora también a decir que en el neurótico nunca hay delirio? ¡Al igual que cuando se escucha decir que en el psicótico no hay represión! Esas cosas están bien para la universidad-pedagógica y para presentar las estructuras grosso modo y en términos casi naif… pero convendría no nos quedemos en esos ámbitos cerrados porque, por otro lado, el maestro francés nunca afirmó esos tajantes axiomas de la jergafasia lacaniosa. Parece, como digo siempre, que los colegas no han visto psicóticos en-lazados al discurso o neuróticos que se cortan una oreja… Tenemos que entender que –en las tres estructuras y en la Vida- no hay Castración sino Castraciones. Un cordial saludo, marcelo.-
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