los ilusionistas del poder
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El tiempo histórico no es lineal y consecutivo, sino recursivo, en cuanto recupera como destino presente lo que quedò en suspenso en el pasado. También se lo podría caracterizar como "tiempo arqueológico", que emerge al rescatarlo de las capas que recubren y delimitan su estar a la espera. Adquiere tambièn el sentido de "tiempo crítico", en cuanto establece diferencias en la aparente completitud del tiempo transcurrido, al restablecer como destino actual lo que faltaba. Desde este punto de vista, la secuencia temporal alcanza en la actualidad del acto el encuentro trágico con aquello que estaba pendiente. Es entonces tiempo de cumplimiento de un destino faltante, es un modo de revelación temporal, donde cada ahora es un ayer nuevo, que trae consigo un pasado -paradòjicamente- inesperado. Esta temporaciòn no sólo resulta acto dramático de una narrativa tràgica, sino que define con ello el sentido histórico del presente, en cuanto muestra de què modo èste se inscribe como una nueva época que hace historia. Es en nuestro tiempo que se impone como propio el tiempo de la imagen del hombre. La arqueologìa de este tiempo histórico es el sube y baja de lo que repite el desoculatamiento de la verdad que las máscaras imaginarias delatan. Nuestro tiempo se demarca por la eclosión del homo imago, el hombre que se iguala a su imago y pone a ésta como un ideal que coincide con lo que èl pretende ser.
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GUILLERMO A. MACI
El tiempo de la imagen del hombre
EN: Los Ilusionistas del Poder.
El uso de la imagen en la dominación social.
Letra Viva Ediciones; Bs. As., 2010.
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