El vacìo y la Máscara
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En la tradiciòn zen, el maestro suele invitar a sus alumnos a que se desprenda del Yo. Un relato que recuerdo: un general lleno de gloria y de victorias se acerca a un maestro zen y le dice: "Aunque tù no lo creas, maestro, yo, Hiu Si, tengo miedo. Cada vez que voy a la batalla tengo miedo, y cada vez màs. ¿Què puedo hacer?" El maestro le responde: "Cuando Hiu Si se olvide de Hiu Si, Hiu Si será entonces un gran general". No es el Yo de Hartmann, no es el Self de Kohut, es ese èxtimo que constituye lo más ìntimo con un vacìo que no es una nada. Siempre que voy a buscar a un paciente a la sala de espera -presentifica un sìntoma propio de nuestro tiempo y de la tecnologìa de nuestro tiempo- èl està con el blackberry o con el celular. Este paciente me cuenta que pudo estar con una mujer a gusto -cosa que se le hacìa imposible-, una mujer con la cual ya habìa tenido una relaciòn y que, como le pasaba con todas las mujeres, se le convirtiò en la ponzoñosa de su madre. El paciente tiene como ùnico recurso la huida; de hecho se las ingeniò para tener un trabajo donde sistemáticamente viaja. Sostener la transferencia con èl implica un trabajo sumamente difìcil. Entonces, apaga el celular y me cuenta que pudo estar con esta mujer a gusto. Me dice: "Pude estar con Marta porque me acordè de eso que habìamos visto, que yo podìa estar bien con una mujer si no me propongo nada, estoy simplemente sin compromiso, a pesar de que esta mujer fue mi mujer. Pude estar realmente muy bien." Y le digo: "Seguramente, en la medida en que usted pueda apagar el celular." Y dice: "¿Què tiene que ver una cosa con la otra?". Le digo: "Es muy simple, usted està muy mal con una mujer cuando cada vez que està con una mujer escucha a la ponzoñosa de su mamá. Es el celular que no puede apagar". No puede tener vacío ese lugar. Apagar el celular es encontrarse con ese vacìo. Ahora, ¿què quiere decir que èl no puede apagar el celular? ¿Que tiene un genoma mal gestado? No.
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Quiere decir que para poder encontrarnos con ese vacìo y no confundirlo con el abismo o con la nada, tiene que estar bien bordeado. Y a veces el sujeto, por su historia, no tiene el borde adecuado y usa el recurso que puede para sobrevivir. Esto es lo bueno que introdujo Kohut en la direcciòn de la cura: reconocer que en la defensa del paciente no hay maldad por querer seguir en el incesto, porque nacemos con un genoma incestuoso. Lacan lo dice a su manera, es el bebé el que quiere el destete, pero sòlo lo puede realizar si el Otro lo acompaña, si el Otro puede soportar que donde estaba su teta con valor fàlico, se instaure un vacìo. Recuerdo que sentì el impacto cuando mi hijo mayor me dijo: "No, papà, no necesito dinero, me arreglo con lo que gano". Lo sentì: ¿cómo, ya no necesita que yo le de? Se trata entonces de la ausencia del Yo en la experiencia zen e incluso, dice el maestro zen, se trata de tener la mente en blanco, de suspender esa mente que cuestiona Winnicott, de suspender ese Jouisens parasitario, y entonces es posible que se viva la presencia."
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ISIDORO VEGH
Yo, Ego, Sí-mismo. Distinciones de la clínica.
Sì-mismo: de donde el analista se autoriza.
Seminario Clase del 21 de noviembre de 2008.
Escuela Freudiana de Buenos Aires.
Ed. Paidòs, Serie Seminarios; Bs.As., 2010.
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