el espejo escondido
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un golpe a tu enemigo es un golpe a ti mismo
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Oscar Masotta:
"en cada tumba hay un espejo escondido"
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Sólo con pasear por nuestro cementerio de Recoleta y ver elevarse grandes panteones familiares, prolongación indiscutible de lo que en vida (se) fué; sólo con percibir que esos monumentos son proyecciones de nuestro NARCISMO; sólo con pensar que muchos de esos sepulcros cuestan incluso más caros que ciertas casas que circundan el cementerio; sólo con subir la vista -o bajarla- a través de esas escaleras oscuras, de mármol roto, de maderas en-criptadas y recordar que con el tiempo no habrá más que gusanos, y más tierra, y fòsiles desquebrajados, pero que -sin embargo- no se trata de eso... Sólo con estos pocos actos de imaginaciòn; podemos estar advertidos porque Jacques Lacan enunció que el YO es la enfermedad mental del hombre. Para decirlo todo: su propio sepulcro. Y, sin embargo, no podemos vivir sin èl. Y, sin embargo, todo cementerio es una re-flexión (modelo òptico, estadio del espejo, mediante) de la civilizaciòn. Casi, por definición, toda civilizaciòn comienza enterrando a sus semejantes. De aqui que, en la clínica psicoanalítica, no se trata más que de poder re-formular ciertas cuestiones relativas a Ideales y al Deseo. El Sujeto de Deseo no es, justamente, aquel enterrado en la cripta. Es el que està vivo y el que acepta que morirá, cómo bien quiso Borges, por entero. Ideologìas, religiones y yerbas anexas no son ajenas a esta problemática ya que, en primera y ùltima instancia, hay en toda religiòn un modo de renegación de la muerte real.
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marcelo augusto pérez
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