La Pregunta al Otro

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El obsesivo, eso lo sabemos más claramente por su clínica, está en un impase, y su síntoma como tal indica que no asume la identificación-amo por su sentido de muerte, que lo angustia. Eso me parece claro de un vistazo. Se puede pulir por qué, pero resulta que si tomamos su duda como síntoma, el obsesivo en tanto tal no es alguien que pueda decidir dar órdenes, ni mandar a nadie. Es algo vinculado a que hay que hacerlo sin fundamento, sin razones de saber, y un obsesivo necesita una garantía, o deducir lo que dice de alguna parte. No podría, efectivamente, plantearse y plantarse como amo. Cuando le tocan posiciones de amo, es un problema para todo el mundo, porque el obsesivo, si está en ese lugar, no decide nunca nada, porque duda. Duda, pide permiso, le pregunta a los demás... Así que de esto tenemos cierta confirmación clínica.
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Pero, ¿qué quiere decir esto? Quiere decir que el síntoma indica que algo no funciona en la identificación-amo. Pero lo que hace de ese síntoma que lo llamemos neurótico, es que eso no quiere decir que no tenga una identificación con el amo. No asume esa posición, pero sí se identifica ‘a lo amo’. Veremos que la idea de Lacan crucial es, con el valor que han tenido estas dos clínicas de las neurosis para el psicoanálisis, indicar que ambas consisten en agregar, articular en la identificación no asumida el sujeto supuesto saber. Es decir que el síntoma obsesivo, por ejemplo, está profundamente soldado a la suposición de que el amo sabe, sabe lo que hace.
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Juan Carlos Indart
El sujeto-amo, el sujeto-mujer,
la histeria y la muerte.
Virtualia, Revista Digital

Año I Nro 3, 2001.-
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