Cáscara
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Lacan cree que en la historia del psicoanálisis los analistas se perdieron por no haber planteado nunca la alienación a Freud ni la separación de Freud.
(…)
El retorno a Freud –ustedes ahora van a hablar sobre Jacques Lacan- sería una disciplina que detecta los puntos de alienación de los analistas a tal o cual enunciado de Freud. Un analista tomó de Freud lo que dijo de la inferioridad, e hizo una escuela: Adler, otro tomo lo que Freud dijo de la madre, e hizo otra escuela: Melanie Klein. Serían puntos de alienación de los analistas, históricamente hablando, a enunciados de Freud que funcionan como Significantes Amos, en el sentido de significantes que no estàn demostrados.
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Los analistas toman significantes y se alienan a Freud, se identifican, ponen un consultorio que se parece al de Freud, van a Viena a buscar una tarjetita… Todo eso son alienaciones. Lo que importa es la distancia que tomemos de eso. Quiero decir, las alienaciones son inevitables –ahí volvemos al problema del grupo-.
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Yo tengo fotos de Lacan. Basta con tener la foto de Lacan para que sea una alineación, porque de la foto de Lacan no estudio, ni leo, ni nada. Es un punto de alienación, nada más. No está mal. Porque aquì no decimos alienación “fuera”, “abajo”, “muera”; decimos alienación. Ahora bien, ¿qué distancia se toma de la estructura? La alienación es un síntoma inevitable. Para Lacan la manera de salir de la alienación es operar en la superficie, esta superficie es topológica, y esto implica conocer la lógica del objeto-a.
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Operar en la superficie es lo que decìa esta mañana. Lacan le responde a Daniel Lagache que no hay distancia de la experiencia a la estructura, porque la articulación misma del Sujeto es la articulación de la estructura. Quiere decir, que el analista no va a buscar el contenido profundo de lo que dice el paciente. Eso lo hacen los psicólogos munidos de test. Van a buscar la profundidad del paciente que es siempre la misma superficie. O sea, que son superficies que se ignoran, que ilusionan como profundidades. El analista opera en las superficies, virando el efecto semántico hacia la estructura del significante, tomando la palabra como palabra y no la palabra para alienar el referente de la palabra. Esto es la operación analítica.
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Germán Leopoldo García
En torno de las identificaciones, claves para la clínica
Otium Ediciones; San Miguel de Tucumán, 2009.
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El retorno a Freud –ustedes ahora van a hablar sobre Jacques Lacan- sería una disciplina que detecta los puntos de alienación de los analistas a tal o cual enunciado de Freud. Un analista tomó de Freud lo que dijo de la inferioridad, e hizo una escuela: Adler, otro tomo lo que Freud dijo de la madre, e hizo otra escuela: Melanie Klein. Serían puntos de alienación de los analistas, históricamente hablando, a enunciados de Freud que funcionan como Significantes Amos, en el sentido de significantes que no estàn demostrados.
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Los analistas toman significantes y se alienan a Freud, se identifican, ponen un consultorio que se parece al de Freud, van a Viena a buscar una tarjetita… Todo eso son alienaciones. Lo que importa es la distancia que tomemos de eso. Quiero decir, las alienaciones son inevitables –ahí volvemos al problema del grupo-.
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Yo tengo fotos de Lacan. Basta con tener la foto de Lacan para que sea una alineación, porque de la foto de Lacan no estudio, ni leo, ni nada. Es un punto de alienación, nada más. No está mal. Porque aquì no decimos alienación “fuera”, “abajo”, “muera”; decimos alienación. Ahora bien, ¿qué distancia se toma de la estructura? La alienación es un síntoma inevitable. Para Lacan la manera de salir de la alienación es operar en la superficie, esta superficie es topológica, y esto implica conocer la lógica del objeto-a.
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Operar en la superficie es lo que decìa esta mañana. Lacan le responde a Daniel Lagache que no hay distancia de la experiencia a la estructura, porque la articulación misma del Sujeto es la articulación de la estructura. Quiere decir, que el analista no va a buscar el contenido profundo de lo que dice el paciente. Eso lo hacen los psicólogos munidos de test. Van a buscar la profundidad del paciente que es siempre la misma superficie. O sea, que son superficies que se ignoran, que ilusionan como profundidades. El analista opera en las superficies, virando el efecto semántico hacia la estructura del significante, tomando la palabra como palabra y no la palabra para alienar el referente de la palabra. Esto es la operación analítica.
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Germán Leopoldo García
En torno de las identificaciones, claves para la clínica
Otium Ediciones; San Miguel de Tucumán, 2009.
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